viernes, 5 de agosto de 2011

-Mariposas en mi estómago creí sentir, pero, me di la vuelta y miré hacia el paisaje que la ventana de mi habitación me ofrecía, y me vino a la cabeza que, el culpable de esa sensación estaba ahí fuera, sin ningún remordimiento, sin información de la desgracia en la que mi alma había caído... Entonces, llena de motivación pensé: "este es mi momento, es nuestro momento, debo salir ahí y demostrar lo que quiero, demostrármelo a mi misma que le quiero a él, pero en un vaivén de orgullo, me levante de aquella cama, y me pregunté a mi misma "¿Te estás escuchando?, ¿estás viendo lo que tu dolor ha provocado?". Y sí, era totalmente cierto, todo aquello que minutos antes había soltado de mi boca, eran simples síntomas de dolor, dolor que quise curar con falsas esperanzas, porque soy incapaz de salir ahí fuera y decir y gritar a los cuatro vientos que le quiero... Y es que estamos en el siglo 21, ya el amor de cuento no existe, deberé esperar a que la tentación nos llame a los dos en una noche de llanto, me dije.

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