domingo, 7 de agosto de 2011

Se paró el reloj, ese que contaba las horas que pasábamos juntos, besándonos, jugando, riendo, amándonos. Camino sola, perdida, sin rumbo. Pero camino. No sé donde ir, ni qué hacer, ni qué camino tomar. Mi cabeza explota y mi corazón se esconde. El camino sigue ahí. Andaré a rastras, pero saldré de aquí.
-”Aprendí a ser un animal nocturno, a reir cuando quería llorar, a salir de casa sin pensar en volver o no volver. Sin querer me hice de piedra, sin saber, empecé a morir.
Si pudiera parar el tiempo, sabotear el silencio, mandar en mí…
Yo no quiero querer y ser presa otra vez, colgar de un hilo, depender de unas manos resbaladizas, no, eso ya no…
Caer, volver a caer, y levantarme en silencio como ayer, sin lágrimas…ya no hay lágrimas…”

No hay comentarios:

Publicar un comentario